
Mediante este escrito quiero
felicitar a todos los que de una forma u otra trabajáis en la celebración de
este evento, como nos podemos imaginar tiene que ser complejísimo atar cada
cabo que está en vuestras manos para llevar a efecto un acto de estas
características.
Felicitaros de la forma en que lo
habéis comenzado, con ese sencillo pero no por ello menos entrañable homenaje a
un personaje tan admirado y querido en su tierra y en toda España, como es
Miguel Delibes, para mi que no lo conocí personalmente pero sí un poco a través
de sus obras ha sido toda una sorpresa y la mejor manera de empezar la mañana y
la guinda nada mejor que compartir pelotón con sus cuatro hijos Miguel, Germán,
Juan y Adolfo, además de nietos y miembros de la familia.
Felicitaros de la forma como ha
acabado, sin ningún incidente grave que reseñar, y eso no es solo fruto de la
casualidad sino del trabajo que me consta de todo un año preparando la prueba.
(Jorge y Carlos “Carril Bici”)


A partir de ese momento me cambió
el chip de la cabeza, como para quejarme me dije, viajando sobre dos ruedas y
acompañado de una asistencia técnica que ya quisieran tener en otras pruebas,
todo un lujo el despliegue que hicisteis humano y mecánico para que todo
saliera lo mejor posible y para el que existen tres adjetivos: impecable,
intachable e inmejorable.

Lo del melón y la sandía en
Palencia es un PUNTAZO, el primer trozo de sandía que metí en el cuerpo creo
que me bajó hasta los tobillos, la sensación de frescor a esta altura de la carrera
es inenarrable.

Gracias una vez más a los que con
vuestros esfuerzos hacéis que personas como nosotros al menos durante un día
nos sintamos como héroes, al menos eso le ocurrió al del dorsal nº 158 cuando
llegó a la dársena de Valladolid ahíto de felicidad.
Un saludo,